#TenYearChallenge: Parece un inofensivo desafío más, pero...

Miércoles, 16 de Enero de 2019. 14:00 Hs.

Esta es una hipótesis de una experta en la transformación digital centrada en el ser humano. Lo que parece un simple desafío, tendría un alto valor para poner a prueba las herramientas de reconocimiento facial.

Foto ilustrativa.

Sí, es solo una hipótesis, pero para nada descabellada. Kate O'Neil se plantea la posibilidad de que el #TenYearChallenge sea algo más de lo que parece, un simple desafío inofensivo. En realidad, es factible que los millones de usuarios de redes sociales, principalmente Facebook, Instagram y Twitter, estén compartiendo un contenido de alto valor para que los gigantes tecnológicos desarrollen sus herramientas de reconocimiento facial.

Hasta aquí no se ve nada extraño (con toda la información que 'regalamos' a diario a Zuckerberg y sus amigos). Sin embargo, el uso de estos sistemas de reconocimiento facil pueden tener diversos fines, desde los más agradables para los amantes de las redes sociales, como el etiquetado automático de fotos, hasta el uso con fines comerciales, estatales, entre otros, no siempre con fines muy positivos.

Posibles consecuencias de la tecnología de progresión de la edad, según Kate.

1. Escenario benigno: La tecnología de reconocimiento facial podría, por ejemplo, ayudar a la búsqueda de un niño desaparecido. Sería de mayor ayuda aún si pasó mucho tiempo desde la última vez que se captó una foto del menor, ya que con un algoritmo confiable de progresión de edad se podría saber cómo luciría en la actualidad.

2. Con fines comerciales: Otra posibilidad es que esta tecnología resulte útil para la publicidad dirigida, lo más común. Pone como ejemplo aquellas pantallas de anuncios que cuentan con cámaras y sensores, y tienen la capacidad de adaptar sus mensajes de acuerdo a por ejemplo, el grupo de edad del espectador.

3. Consecuencias negativas para la persona: Como en la mayoría de las tecnologías emergentes, existe la posibilidad de que deriven en consecuencias negativas, explica ella. Señala que la progresión de la edad podría influir, por ejemplo, en la evaluación de seguros y la asistencia santaria. Señala que por ejemplo si uno aparenta estar envejeciendo más rápido que sus contemporáneos, podría suponer un mayor riesgo para la compañía, que podría exigirle por este motivo un pago más elevado o directamente negarle el servicio.

La nota completa (en inglés)