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Redacción paraguay.com

 

Toda persona que estuvo en la cárcel puede volver a reinsertarse en la sociedad, si tiene las condiciones. Así lo afirman experiencias de personas que pisaron la cárcel pero luego llegaron incluso a ser gobernantes. Ejemplo es el caso del actual Presidente de la República del Paraguay, Horacio Cartes.

 

"Corintios, capítulo cinco, versículo 17. El que está en Cristo, nueva criatura es", dice con la mirada sostenida Amado Berino. Las cárceles de Paraguay parecen formar parte de un círculo vicioso de criminalidad y pocas veces, han existido políticas sostenidas de rehabilitación centradas en la capacidad del hombre de modificar su conducta por voluntad, por arraigo familiar o por condiciones de salud. Casi siempre,  en los procesos de rehabilitación hay un fuerte componente religioso. Amado cree que Dios le dio una oportunidad.

 

Berino sostiene que su testimonio ayuda a creer que es posible modificar la conducta, pero a partir de la fe en Dios.  Posee el record de tener 71 antecedentes policiales, 17 entradas y 20 años en la cárcel. Hace dos años, Amado recuperó su libertad y ahora vende termos hechos por sus ex compañeros de la cárcel de Tacumbú. 

 

 

Amado ahora predica su historia: Cuando tenía 22 años, era empleado de la Ande y estudiante de programación en la Universidad Católica. De pronto, comenzó a visitar las casas de juego de la Avida Quinta y pronto comenzó a endeudarse y a cometer delitos para poder pagar las deudas generadas en los juegos. Hay delincuentes que nunca caen, pero no era el caso de Amado. Robos, estafas, hurtos. Entraba y salía de Tacumbú. Amado se convenció a sí mismo que podía cambiar al ver que había otros presidiarios que lograban salir de la cárcel, conseguir trabajo, formar familia. 

 

"Tengo tres hijos y estoy con mi familia. Puedo sostenerme sin ser criminal gracias a mi fe y nada me falta", dice. Amado Berino es uno de los invitados especiales en la inauguración del albergue "Virgen de la Merced", en el barrio Sajonia de Asunción. Este albergue es un hogar transitorio que pretende acoger a las personas que recuperan la libertad y han perdido todo vínculo familiar. 

 

Un coreano, primer usuario del albergue

 

Phil Sang Han es coreano y tiene 40 años. "Cuando uno pisa la cárcel, uno pierde todo y después cuesta recuperar", dice en su perfecto español. Fue condenado por hurto simple, pero después tuvo una causa por rebeldía ante la ley y terminó cumpliendo dos años en la cárcel de Tacumbú. Pil es técnico de computadoras y ahora busca un trabajo. Durante el acto estuvo filmando y sacando fotos.

 

"Ojalá se sepa valorar realmente este espacio", dijo al tiempo de señalar lo importante que es tener redes para volver a la insertarse en la sociedad después de salir de la cárcel.

 

"Yo, además de haber estado en la cárcel, cometí la aventura- que para mi familia está mal- de meterme con una paraguaya y es una de las razones por la que me cuesta recuperar los lazos", explicó Phil.

 

Phil Sang es el primero que se beneficia de este hogar junto con Gilberto Britos. Gilberno no pudo asistir al acto porque se encontraba trabajando en una construcción. 

 

"El apoyo de la familia es fundamental"

 

Eleno Peña tiene 64 años. Está desde hace un mes y medio en libertad condicional. Ese día, que le dijeron que había salido la resolución no tenía cómo avisar a sus familiares, pero se fue llegando a la casa. Sus hijas, que viven en Buenos Aires, vinieron a verlo. "Es que yo no puedo salir del país", cuenta.

 

Eleno es voluntario y es el coordinador del hogar. Es el responsable de los vínculos con el trabajador social de la Capellanía que existe en el pabellón donde están las personas que afirman que quieren cambiar sus vidas y reisertarse de vuelta la sociedad. 

 

Eleno ha pasado 9 años en la cárcel de Tacumbú. Antes era parte de un grupo de música que lleva el nombre de "Contracanto", pero desde que ingresó al penal, dejó la música. Tuvo una condena del que es difícil salir sin estigma. "Eso ya es otro tema", respondió al ser consultado sobre el crimen que lo llevó a la cárcel.

 

Eleno trabaja en varios proyectos que buscan la reinserción laboral de los reclusos del "Pabellón libertad". "Ahora estamos teniendo un capital y estamos armando el taller de costura, ya estamos produciendo remeras y próximamente estaremos produciendo vaqueros de mucha calidad", explica. 

 

"Volví a estudiar y eso me motiva"

Francisco Samudio es ex interno. Hace 4 años recuperó su libertad   después de estar 17 años en el penal de Tacumbú. Cuando salió de la cárcel, esperanzado buscó a su pareja, pero ya nada era igual después de 17 años. "Ya había hijos de otra relación y por más que yo intenté, ya no fue posible volver. No aguantó los 17 años", afirma. Francisco sin embargo, logró concentrarse en la posibilidad de estudiar. Ahora cursa el último año de la carrera de Trabajo Social en la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Evángelica del Paraguay. Su hijo y su estudio son las dos motivaciones de Francisco, que será un nexo fundamental a la hora de conceder un espacio en el hogar transitorio a un interno que recupera su libertad. 

 

Una casa transitoria

El albergue transitorio se encuentra en Juan León Mallorquín c/ 22 Proyectadas, Barrio Sajonia de Asunción.  Cuenta en principio con 40 camas habilitadas. El periodo máximo de estadía en el lugar será de 30 días, tiempo en el cual se deberá trabajar para lograr una efectiva reinserción y adquirir de esa manera un trabajo digno mediante la coordinación de acciones con la Dirección General de Empleo, del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social.

La sede fue cedida por el Arzobispado de Asunción a la Pastoral Penitenciaria y remodelada por el Ministerio de Justicia a fin de albergar a exinternos provenientes de Asunción y Emboscada de manera transitoria. Fue inaugurada este jueves con presencia de Ministra de Justicia, Sheila Abed, el Arzobispo de Asunción Monseñor Edmundo Valenzuela y otras autoridades nacionales y del sector privado.

Según cálculos de la Pastoral Penitenciaria, el albergue tendrá un costo operativo y de mantenimiento de 15 millones de guaraníes al mes (180 millones al año) que provendrá en más de 50% del sector privado (Fundación Santa Librada), y el restante de fondos propios del Ministerio de Justicia conforme a lo estipulado en el nuevo Código de Ejecución Penal vigente desde este año. El costo incluye pago por servicios públicos y salario de psicólogo y trabajador social.

 

Otros albergues

Para este año está prevista la habilitación del Albergue para mujeres del Correccional de Mujeres “Casa del Buen Pastor” y la apertura del Primer Albergue Juvenil para los menores del Centro Educativo Itauguá, en coordinación con la Pastoral Penitenciaria Juvenil de Schoenstatt.

 

¿Es posible una rehabilitación después de la cárcel? La respuesta siempre dependerá de las condiciones materiales y qué tan dañadas estén los relaciones familiares. ¿Habrá alguna vez una propuesta desde un Estado Laico que construya un sentido desde la humanidad misma? En Paraguay, las iglesias muchas veces cumplen el rol del Estado y para ello, se emplean recursos del Estado. Derechos Humanos es un tema que no se puede delegar. Una oportunidad, puede cambiarlo todo.