Reductores descartados en Asunción abundan en ciudades aledañas

Martes, 13 de Febrero de 2018. 10:20 Hs.

Mientras que en la capital fueron descartados porque "no resultan", ciudades del área Metropolitana están inundadas por reductores de velocidad de plástico y caucho. ¿Representan un peligro?

Foto ilustrativa.

 

En el 2015, la Comuna de Asunción puso a prueba los reductores de velocidad de caucho, de unos 35 centímetros de ancho y 5 de altura, que van sujetos al asfalto con bulones. Sin embargo, poco después desaparecieron, porque esto simplemente "no resultó".

Por un lado, estos reductores no cumplían con el ancho requerido, por lo que podrían producir desperfectos en los vehículos. Además, observaron que cuando se iban deteriorando, los bulones quedaban expuestos, convirtiéndose en un verdadero peligro.

Es así que la Capital decidió volver a las lomadas habituales, de asfalto, con el ancho requerido y una buena caída, que permita el buen desempeño de los amortiguadores de los rodados, según nos explicó Gilberto Vera, técnico de Ingenieria Vial de la Comuna. También quedaron descartadas las "tachas reflectivas", que son reductores de plástico que se colocan de forma alternada, en doble fila, los cuales poseen inclusive una mayor altura, unos 10 centímetros.

Tanto los reductores de caucho como las tachas hoy se observan en abundancia en ciudades del Área Metropolitana, como Ñemby, San Lorenzo, Fernando de la Mora, por citar algunos.

Foto ilustrativa.

 

Desde una de las tantas firmas que distribuyen estos accesorios viales, mencionaron que el precio de estos reductores rondan los G. 4 millones (colocados y con dos carteler metálicos), para una calle estandar de entre 6 y 8 metros de ancho. Sin embargo, el precio del reductor de caucho, sin la colocación, se reduce a la mitad. Resaltaron la alta durabilidad de las tachas, a diferencia de las de caucho, que son más bien para lugares con tráfico mínimo.

A pesar de estas especificaciones, estos reductores de caucho se observan en varias arterias con un importante caudal de tráfico, en donde duran apenas un par de meses. Inclusive su duración disminuye cuando enfrentan los fuertes raudales, que los desprenden y dejan al descubierto las tachas que se convierten en un pesadilla para las cubiertas de los vehículos.

La discordia de los conductores con este tipo de reductores no se da solo en el país. En su momento desató una fuerte polémica en Lima, Perú, así como en los últimos meses en varias localidades de Argentina. En el vecino país, autoridades defendieron las tachas reflectivas, argumentando que claramente cumplen con su función de obligar a los conductores a reducir la velocidad, y apuntaron que es incapaz de romper el tren delantero de un vehículo si efectivamente uno detiene la marcha para pasar sobre ellas.

Así quedaron las tachas tras un año en Argentina. Foto: autoblog.com.ar

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